Los expertos dicen acerca de las enfermedades mentales que los hospitales psiquiátricos no están llenos de personas enfermas sino de personas llenas de culpa. Algunas personas actúan de una forma extraña, les dicen que están locas y luego les diagnostican alguna enfermedad mental. Esto sucede porque tienen la conciencia manchada de culpabilidad y para escapar se comportan de una forma extraña y como resultado mucha gente dice que están enfermos.

Esta fue una revelación extraordinaria para mí, estaba leyendo un libro que se llama La terapia de la realidad por el Dr. William Glasser. Este distinguido doctor habla del hecho de que el 95% de las personas, que comúnmente se les llama locas, no son locas de ninguna manera, son personas que quieren huir de una conciencia que no les deja en paz.

Qué lástima pensar que hay un porcentaje tan alto de la humanidad que vive al margen de la realidad de la vida, que no disfruta de la vida en su plenitud y que no conoce la paz, la felicidad y la aceptación de parte de los demás.

Hay millones de personas que se desprecian a sí mismas, que no llegan a la madurez ni a ser personas completas. Nunca conocen a la familia feliz y próspera, no saben qué significa tener una personalidad transparente y nunca se dejan cultivar por Dios. En cambio, viven sin libertad y esclavos de su conciencia porque no han conocido la paz, la limpieza y transparencia en su ser interior.

Nuestro amado salvador Jesucristo dijo en Mateo 5:8: «Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios». El siguiente versículo agrega: «Bienaventurados los pacificadores (?los que procuran la paz? NTV) porque serán llamados hijos de Dios».

Colosenses 3:15 dice: «? ustedes son llamados a vivir en paz (NTV), de hecho Dios ama la paz, Dios aborrece las guerras entre las naciones, las peleas familiares y los desprecios entre los individuos. ¡Bienaventurados los que procuran la paz!

A nuestro alrededor ?no solo en el mundo no cristiano, sino también dentro de las congregaciones? hay muchas personas que viven día tras día con la conciencia manchada, llenas de culpa. ¿Cuál debe ser nuestra actitud? Nuestro Señor Jesucristo dice: «Bienaventurados [felices, dichosos, Dios bendice a] los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios».

Una de las características sobresalientes de los hombres y mujeres maduros en Cristo es que procuran la paz en una congregación o traen paz a una familia; comienzan con la gente que tiene problemas con Dios, dentro de la sociedad o problemas con sí mismo.

¿Usted es una persona que trae paz al lugar donde vive? ¿O acaso es una persona que les encanta crear problemas? Hay gente, hasta predicadores ?algunos bastante reconocidos?, que cuando están en un congreso o escriben un artículo en lugar de traer paz procuran molestar y crear mal ambiente con su discurso o con su escrito; es señal de falta de madurez, es querer sobresalir llamando la atención diciendo algo extraordinario, hacer algo que agite el avispero. Pero la marca de la madurez es el deseo de traer paz.
En 1ra. Timoteo 4:2 leemos que hay personas que tienen cauterizada (muerta) la conciencia. En Santiago 3 la Palabra de Dios dice que la lengua es un mundo de maldad (v.6), llena de veneno mortal (v.8). ¿Usted es una persona cuya lengua está llena de veneno mortal?

La Biblia dice que si no somos controlados por nuestro Señor Jesucristo, si no permitimos que el Espíritu Santo llene nuestra mente, controle nuestra voluntad y si la Biblia no llena nuestros pensamientos e inunda nuestro ser, entonces nuestra lengua también será un mundo de maldad, llena de veneno mortal.

Para ser pacificadores, primero tenemos que tener paz dentro de nosotros mismos. Para tener esta paz tenemos que hacer restitución. Para llegar a la madurez tenemos que tener nuestras cuentas arregladas con Dios y con los seres humanos. Uno puede decir que tiene sus cuentas arregladas con Dios, que aceptó a Cristo como Salvador y es un cristiano verdadero, pero si no tiene las cuentas arregladas con los seres humanos ?los hermanos de sangre, los hermanos en la fe, los colegas de trabajo, los empleados o el patrón según el caso? no vive rectamente. ¿Usted le debe algo a alguien? ¿Tiene que pagar alguna deuda? Entonces, por lo menos tendrá que hacer algún arreglo para que usted pueda pagarla.

Si usted tiene la conciencia limpia y transparente con los demás, entonces usted comenzará a ser una persona que tiene paz y como resultado puede traer paz a las demás personas. ¿Su conciencia está limpia en este momento o tiene algún problema con alguien? Su ser interior tiene que ser transparente. ¿Alguien tiene algo en contra de usted? ¿Usted ha dicho algo malo en contra de alguien o ha herido a otra persona?

Si así es, su conciencia no puede estar limpia ni tranquila. Tiene que dar los pasos necesarios para resolver esos conflictos y así gozar de la paz y poder ser un pacificador en su círculo de amistades.

Primero, busque a Dios en oración. Dígale: ¿Señor, hay algo que he hecho en contra de alguien que debo aclarar? Segundo, vaya a las personas con las cuales tiene algún problema (Mateo 5:23-24) y haga todo lo posible para efectuar una reconciliación. Tercero, si tiene en su poder algo no le pertenece a usted, devuélvalo si es posible hoy mismo o si no, lo más pronto posible, aunque se lo hayan prestado. Cuarto, sepa pedir perdón. Si usted ha hecho algo en contra de una persona, aunque no lo haya hecho a propósito, pida perdón.
La Biblia dice: «? perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo» (Efesios 4:32 NTV). Como resultado usted tendrá una conciencia transparente, tendrá paz y podrá ayudar a traer paz a otros; es la verdadera felicidad y es señal de madurez.

Luis Palau