Sr. Palau:

Alguien dijo que orar y llorar son la misma cosa, que ambos meramente proveen un alivio emocional. En ese caso, ¿vale la pena orar a Dios, o no?

Respuesta:

La pregunta es extremadamente importante. Si fuera cierto que orar y llorar son la misma cosa, entonces sólo proveerían un alivio emocional, al menos para algunas personas. Pero orar y llorar son cosas distintas. Puede ser que a veces el llanto lleve a la oración, y también lo contrario podría ser cierto, que al estar en oración algunas personas prorrumpan en llanto. Sin embargo, por regla general, orar y llorar son acciones diferentes. Se puede llorar por dolor, por tristeza, por desesperación; pero orar es hablar con Dios.

¿Qué es orar? Me agrada describirlo con las palabras de Jesús en San Mateo capítulo 7, donde dice:

“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque cualquiera que pide, recibe, y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”.

Eso es orar. En San Juan capítulo 16, el mismo Jesús declara:

“Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido”.

Eso es orar. Eso es lo que dice el mismo Jesucristo. Ahora bien, según esas definiciones orar no es llorar.

Yo quisiera animar a mis estimados amigos lectores a que empiecen a orar, es decir a hablar con Dios. Yo considero a la oración una fuente de resolución para muchos problemas, y he encontrado ya sea junto a mi esposa, o en mis trabajos en diversos países, en todo lo que hago, que la oración es esencial para mi vida. Si yo no hablara con Dios, si no orara todos los días –en algunas oraciones de manera formal y definitiva y en otras naturalmente, al manejar el automóvil, al viajar en avión, o donde fuere– no sé qué sería de mi vida. Le soy sincero.

Le invito en este momento a que usted comience la práctica de hablar con Dios todos los días. Por supuesto que en primer lugar tiene que tener a Cristo en su corazón como su Salvador, ya que sólo así se es hijo de Dios. Después, láncese a orar, a hablar con Dios, todos los días y sobre cualquier tema. Jesucristo dice: “Pedid y recibiréis; así vuestro gozo será completo”. Comience a orar desde hoy.

Luis Palau