Sr. Palau:

He leído en informes periodísticos que usted celebró desayunos de oración con presidentes, ministros y militares de ciertos países. ¿No le parece que hay un poco de hipocresía en que se reúnan los líderes y dirigentes nacionales para orar a Dios?

Respuesta:

Estoy en total desacuerdo con usted. Sí, en algunos países hemos tenido oraciones con presidentes y gobernantes. Yo no considero que sea hipocresía ni que esté fuera de lugar. Por el contrario, no tan sólo alabo esa actitud, sino que además procuro estimularla en todos los países. Estoy convencido de que si nuestros gobernantes oraran a Dios humildemente, aunque fuera una vez al año, todos reunidos juntos en un lugar para buscar la bendición de Dios sobre esa patria y sobre todos nuestros países, habría un cambio tremendo, una gran bendición sobre los mismos. Estoy convencido de que si los líderes nacionales buscaran a Dios en oración, muchos de los problemas comenzarían a resolverse.

El profeta Isaías, que trabajó de cerca con varios gobernantes del pueblo de Israel en la antigüedad, dijo en el capítulo 66 de su libro: “Dios dice así: Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron hechas, dice Jehová Dios; pero miraré a aquél que es pobre y humilde de espíritu y que tiembla a mi palabra”. A Dios le encanta ver a sus criaturas, hombres y mujeres, humillados ante El, quebrantados, buscando su rostro y su bendición. Creo que cuando los gobernantes de un país se reúnen para orar a Dios, la bendición de Dios descenderá sobre ese país. El libro de 1 Timoteo capítulo 2 nos dice: “Exhorto, ante todo a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quiera y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”.

Así que lamento que estemos en desacuerdo, amable lector, y espero que usted cambie su actitud. También los gobernantes son seres humanos que tienen alma, que tienen familia, que tienen hijos, y ellos también necesitan buscar a Dios. Además tienen la enorme responsabilidad de guiar los destinos de la patria. Ojalá que todos los cristianos verdaderos estimulemos la oración entre nuestros dirigentes y por nuestros dirigentes nacionales.

Luis Palau