Sr. Palau:

Soy una jovencita de dieciocho años. Estoy enamorada de un muchacho de veintiséis años. Somos novios. Dice quererme mucho. Hubo amor íntimo entre nosotros, y él desea que me vaya con él. Pero yo no puedo, pues mi madre es lo único que tengo y aún no me decido. Por favor, dígame qué hago, si debo seguirlo o quedarme con mi madre. Yo tengo miedo de que él me deje. Aconséjeme.

Respuesta:

Qué tristeza me da que su carta haya llegado tan tarde. Qué pena que usted y este hombre ya hayan tenido el fracaso triste de esas relaciones íntimas, personales, que nunca debieran haber cometido hasta el matrimonio. Pero a lo hecho, pecho, como reza el dicho español.

¿Qué pueden hacer? En primer lugar, usted no debe irse de la casa de su madre hasta que se case. Sepa que esto le puede llevar a un desastre total para toda la vida.

En segundo lugar, usted y su novio deben hablar a fondo seriamente sobre el futuro de ambos, con un ejemplar de la Palabra de Dios en la mano, analizando y estudiando lo que la Biblia nos dice.

Tercero, humíllense los dos y pídanle perdón a Dios por haber fracasado en sus vidas personales, dando lugar a la pasión, en lugar de mantenerse en pureza como el ser humano anhela y como Dios lo manda.

En cuarto lugar, hablen los dos claramente con su madre. No tienen en realidad por qué relatar el hecho de que han tenido relaciones íntimas. Eso creo que no ayudaría en este caso, en este momento. Pero deben hablar con su madre y explicarle que están enamorados y que están decididos a casarse, como Dios lo manda. Pídanle a su madre su aprobación, pídanle que les dé su bendición, y luego cásense como conviene.

Eso de que este joven le pide a usted que se vaya con él me da mucho temor. Cualquier hombre que le pide a una jovencita que se escape con él, generalmente tiene malas intenciones. No tiene intención de casarse y ser un hombre serio, un esposo fiel y padre de familia. Quiere aprovecharse de su hermosura y encanto juvenil, para luego dejarla por otra. Jamás se vaya con este o con cualquier hombre que quiera quitarla de la casa de su madre sin un matrimonio digno, sin seriedad, sin una convicción de un compromiso, que es hasta que la muerte los separe. Mejor es quedarse soltera que casarse mal y agonizar cuarenta años, se lo aseguro.

Obedezca la Palabra de Dios, hable con su madre, y Dios le va a bendecir.

Luis Palau