Sr. Palau:

Mis padres se oponen a mi casamiento. Dicen que mi novia es inferior a mí en cultura y educación. ¿Abandonaré mis planes por complacer a mis padres?

Quien se va a casar es usted y no sus padres. Sin embargo, aunque la decisión depende de usted, la opinión de sus padres es de suprema importancia. Cuando usted tome la decisión, la responsabilidad será enteramente suya. Pero el consejo de sus padres es muy valioso pues está basado en experiencia, la que generalmente da sabiduría e intuición.

La Biblia, en Efesios 6 dice:

“Hijos, obedezcan a sus padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien y seas de larga vida sobre la tierra”.

El hecho de que usted me hace esta pregunta, indica que no está seguro de su amor hacia su novia. De otra manera, usted mismo hubiera convencido a sus padres.

Al pensar el asunto ante Dios, debe responder honestamente a las siguientes preguntas:

1. ¿Me siento orgulloso de mi novia, o me avergonzaría de presentarla a un personaje importante?

Cuando le hice esta pregunta a un amigo mío, me contestó: “Mira, aunque la quiero mucho y es bonita, de veras me daría vergüenza presentarla porque le falta educación, no sabe expresarse bien, ni vestir apropiadamente”. Entonces le respondí: “En ese caso, seguro que ella no es para ti”.

Si usted no está orgulloso de su novia, si se avergüenza de presentarla a los demás, significa que en realidad no la ama.

En el cántico al amor en la Biblia, en 1 Corintios 13 dice:

“El amor es sufrido, es benigno, el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, el amor no se envanece”.

Cuando un novio considera que su novia es inferior, quiere decir que está envanecido y por ende no hay evidencias de verdadero amor.

2. ¿Siento respeto por mi novia, o me tomo libertades de maltratarla?

¡Cuántos novios maltratan a su novia y sin embargo insisten amarla verdaderamente! Se están engañando a sí mismos y engañando a su novia.

El mismo cántico al amor de 1 Corintios 13 continúa así:

“… el amor no es indecoroso, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser”.

Si cuando usted se enoja hiere fácilmente a su novia con palabras tajantes, sería otra señal muy evidente de que todavía no conoce el verdadero amor. Claro está que todos tenemos debilidades y a veces perdemos la paciencia, pero si usted ha perdido el respeto por ella y se toma libertades de maltratarla, ya sea con palabras o con hechos, lo mejor es que haga un algo en el camino de su vida y en oración le pregunte a Dios si de veras ama a esta chica o no.

3. ¿Tengo plena confianza en el amor y la fidelidad de ella, o hay celos y sospechas infundadas dentro de mi mente y corazón?

Hay que tener en cuenta que los celos son una proyección de nuestra propia infidelidad. Muchas veces una persona es celosa porque ella misma fue infiel anteriormente y luego sospecha que su novia también lo sea.

Los celos según la Biblia son obra de la carne, de nuestra naturaleza pecaminosa y nuestro YO egoísta descontrolado.

Cuando una persona tiene celos y sospechas infundadas llegando al punto de hacer el ridículo, debe tomar una firme determinación. En primer lugar, arrodillarse ante Dios y pedir perdón, porque los celos son un pecado que destruye la relación entre novios o cónyuges. Dios está siempre dispuesto a perdonar. Pero el perdón no basta, porque a menudo los celos persisten. Debe pedir a Dios mismo que venga a ordenar su mente en la persona de Jesucristo orando: “Jesucristo, te necesito en mi corazón. Quita con tu poder este egocentrismo que me hace sospechar de la persona que más amo en el mundo.