?PESCANDO? EN LAS ESCRITURAS
Parte 3, LA APLICACIÓN
por Américo Saavedra

La aplicación es la actitud que asumimos ante el reto de la Palabra de Dios. Sin duda que en el proceso de la observación y la interpretación se nos hayan ocurrido un sinnúmero de preguntas e inquietudes que las hemos tratado de relacionar a nuestra vida y conducta. Es decir, había momentos en que nos vimos interpelados por la Palabra, fuimos movidos, de alguna forma u otra, a someternos a su autoridad. Esto es perfectamente normal, y debe suceder así. En realidad los tres pasos del inductivo son inseparables, pues, son tres momentos de un solo proceso, el proceso hermenéutico.
Este proceso es también obra del Espíritu Santo, pues su acción nos lleva a la salvación por fe y nos equipa para el servicio a Dios. Con justa razón Pablo instó a su joven discípulo con estas palabras:
14Pero tú debes permanecer fiel a las cosas que se te han enseñado. Tú sabes que son verdad, porque sabes que puedes confiar en los que te las enseñaron. 15Desde la niñez se te enseñaron las sagradas Escrituras, las cuales te han dado sabiduría para recibir la salvación que viene por confiar en Cristo Jesús. 16Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para convencernos de lo que hacemos mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. 17Dios la usa para capacitarnos y equiparnos para toda buena obra que Él quiere que hagamos (2 Timoteo 3:14-17 NVV).
Este es el proceso en la que la Palabra de Dios se hace carne en nosotros, es decir, su acción produce aquellas cosas que sólo la Palabra es capaz de producir?el carácter de su Hijo en nosotros ¡Esto es transformación!
Cuidado con las aplicaciones desconectadas. Los evangélicos muy a menudo hemos caído en la trampa de defender una verdad bíblica apoyándonos en textos tomados fuera de su contexto. Decir, por ejemplo, que Pablo se inventó el calificativo ?malas bestias? para referirse a personas que se desvían de la verdad no es una aplicación apropiada del texto. Si vemos el contexto en que se dieron estas palabras, no fue Pablo quien originó esta expresión, sino Epimenides, un ?profeta? propio de la isla de Creta. Pablo citó a este célebre poeta para dar fuerza a su mensaje y poner en claro que con la verdad de Dios no se negocia.
¿Qué hacemos?
Como vimos anteriormente, el método inductivo levanta la pregunta: ?¿Qué hacemos?? Todo el proceso de la aplicación debe siempre conducirnos a contestar esta pregunta. Así como en los pasos anteriores, debemos aquí, asimismo, tener a la mano una lista de preguntas claves de aplicación.
Entre otras, están las siguientes: ¿Qué verdades sobresalientes han captado nuestra atención durante el estudio del texto? ¿Qué situaciones y problemas humanos semejantes a los nuestros nos presenta el texto? ¿Qué verdades prácticas hallamos que nos animan o nos corrigen en nuestro andar diario con Dios? ¿Qué advertencias o promesas vemos en el texto? ¿Qué enseñanzas prácticas hay en cuanto a nuestra relación con los demás? ¿Qué nos dice el texto en cuanto a la acción de Dios en la iglesia y en el mundo? ¿Qué tiene que ver la enseñanza en cuanto a nuestra relación con la iglesia, el trabajo, la familia, los vecinos, etc.? ¿Qué actitudes sanas debemos cultivar? ¿Hay algún pecado o actitudes pecaminosas que debemos abandonar? ¿Hay alguna verdad nueva que debemos empezar a vivir? ¿Cómo debemos ordenar nuestra vida y conducta según alguna nueva enseñanza?
Es fácil notar que las preguntas que nos retan hacia la obediencia a Dios son preguntas de aplicación. Dejaremos a elección del lector si desea escribir estas preguntas en una hoja a parte y, tomando en cuenta todo lo estudiado, hacer las aplicaciones correspondientes a su propia necesidad y contexto.
La correlación
La correlación es la relación recíproca de las partes observadas con respecto al todo. Es decir, aquí nos toca indicar cómo las partes estudiadas se relacionan con todo el consejo de Dios. Una manera sencilla de trabajar este paso final es simplemente escribir con nuestras propias palabras la manera cómo se conectan las verdades estudiadas con el resto de la Palabra de Dios.
Para ello necesitaremos regresar a las notas de nuestra observación para: (1) entender el trasfondo histórico del texto; (2) captar el contenido global del libro, resumido en el bosquejo; (3) seleccionar las partes sobresalientes de la observación específica; y (4) recoger los significados correspondientes trabajados en la interpretación. Veamos algunos ejemplos de correlación:
Creo que conocí mejor a Tito, no tanto por lo que vi en la carta que lleva su nombre sino por las porciones que hablan de él en 1 y 2 Corintios. Tito era un hombre no sólo dotado de una gran capacidad de resolver problemas, sino también uno que poseía un elevado grado de confianza en su mentor el apóstol Pablo. Esta relación cordial y estrecha que ambos sostenían era tal vez el secreto del éxito de sus ministerios. Entre los dos formaban un extraordinario equipo misionero digno de imitarse. ¿Habla la Escritura de otros dúos como ellos? ¿Moisés y Aarón? ¿Josué y Caleb? ¿He pedido a Dios un ?Tito? para que sea mi compañero de ministerio?
Otra verdad que podemos correlacionar es aquella que tiene que ver con la estrategia misionera de Pablo para ganar a la isla de Creta. Primero, Pablo halla a un Tito; segundo, que Tito enseñe la sana doctrina a los ancianos, ancianas, y jóvenes de la iglesia; tercero, que Tito modele lo que enseña. Estrategia misionera más simple que ésta, no la hay. Pero hay una estrategia más. Pablo le da a Tito algo así como un ?manual de iglecrecimiento?, conteniendo pautas muy claras y bien definidas de lo que debe enseñar. Pregunta: ¿Qué pautas gobiernan hoy nuestras estrategias de evangelismo, discipulado y misiones? ¿Nos hemos olvidado acaso del poder transformador de la sana doctrina de Dios?
Tito era un siervo de Dios muy especial. Cuando Pablo no halla a Tito en Troas, éste se angustia. Cuando luego le ve en Macedonia, éste se llena de ánimo ( 2 Corintios 2:12-137:5-713-15). ¿Qué tenía Tito que traía gozo al corazón del apóstol? Si tuviéramos que trazar el perfil misionero de Tito, basados en su trayectoria de servicio, ¿cuál sería? Revise las notas de observación y descubra algunos rasgos extraordinarios de este gran hombre de Dios. ¿Cómo se correlaciona esta verdad con aquellas que Cristo demanda de sus seguidores reveladas en los Evangelios? ¿Qué tiene Tito que a mí me falta?
Lo que vimos arriba, son sólo tres ejemplos de correlación. Nótese cómo en cada ejemplo tratamos de conectar una o más verdades a otras partes de la Escritura. Pero más, nótese cómo asimismo buscamos maneras de conectar la verdad a nuestra realidad cotidiana. Quizás esta conexión no suceda de inmediato; quizás requiera un buen tiempo de reflexión y oración; no lo sé. Pero cuando esta conexión sucede, gritamos: ¡Ajá! ¡Lo encontré! Es entonces cuando podemos decir que el método inductivo ha cumplido su propósito.

©Américo Saavedra
Américo Saavedra es Peruano, actualmente reside en Quito, Ecuador. Ministra con APOYO, un ministerio para pastores de Radio HCJB.

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