Por José Eliud Guadalupe
¿Qué determina la efectividad de un líder? A continuación
mencionaremos algunas de las características del líder que
debemos identificar para un trabajo efectivo con la juventud.
El líder juvenil conoce su potencial y el potencial de
otros. Él conoce cuáles son sus puntos fuertes y débiles. Esto
permite dejar a otros realizar su labor en aquellas áreas donde
reconoce no ser hábil. El trabajo con la juventud requiere de
líderes que continuamente descubran el potencial que existe. La
Iglesia debe descubrir estas capacidades y darles información y
dirección correcta.
El líder juvenil está presto para escuchar e incorporar
nuevas ideas. Esto está relacionado estrechamente con dos
necesidades que la juventud tiene: Ser escuchada y
experimentar ideas nuevas. Nuestra sociedad es una de
constante cambios y retos nuevos. Nosotros, como líderes,
debemos estar al tanto de estos cambios y saberlos manejar
dentro del grupo juvenil. Esto se hace mediante ideas nuevas
que creen interés en el joven y llamen su atención. Nuestra
juventud necesita ser escuchada con una mentalidad abierta.
Los cambios abruptos durante la juventud hacen de esta una
época propia para el encerramiento y la rebeldía. Si nosotros
destruimos los puentes de comunicación con nuestra juventud, lo
más seguro es que los perderemos al mundo y sus placeres.
El líder juvenil debe ser consistente con las metas del
ministerio en la iglesia local. Dichas metas deben ser
transmitidas en forma de visión y hacer partícipes a cada
miembro del grupo local para que sean de edificación a todos los
miembros. La juventud necesita que su sentido de pertenencia
sea motivado. Cuando el líder les hace partícipes de las metas
en la iglesia local, les da sentido de pertenencia.
El líder juvenil maneja constructivamente los
conflictos, mostrando que es paciente y alguien de quién
se puede depender. Estas son características conciliatorias y
muestran gran firmeza de carácter. Durante la época de la
juventud, los conflictos personales e interpersonales están a la
orden del día. El joven busca desesperadamente entender los
cambios repentinos en su humor. Esto requiere que el líder
juvenil sea prudente en el manejo del uso de conflictos y pueda
llevar al joven a resolver los mismos. Para lograr esto, la
paciencia es necesaria. El pastor debe tener la seguridad de que
cuando estos conflictos ocurran, el líder será alguien que
representará dignamente los ideales cristianos. Aunque el pastor
no esté presente, el líder reconocerá su postura.
José Guadalupe es un ministro joven y dinámico. Junto a su
esposa Lissette, actualmente pastorea en Chicago, Illinois.
Ha servido dentro de la Iglesia de Dios como Director de
Juventud y Educación Cristiana y como parte de la Editorial
Evangélica en Cleveland, Tennesse, USA.
Tomado de FAX juvenil de Internet